El pénfigo foliáceo representa una dermatosis ampollosa autoinmune rara pero significativa en perros. Los corticosteroides sistémicos son habitualmente el tratamiento de primera línea, pero su eficacia variable y sus efectos secundarios significativos justifican la exploración de alternativas terapéuticas como fue el caso en este caso clínico.
Contexto fisiopatológico
El pénfigo foliáceo representa la dermatosis autoinmune más frecuente en perros y gatos. Su mecanismo fisiopatológico se basa en la producción de autoanticuerpos dirigidos contra las células epidérmicas. Esta reacción inmunitaria provoca una ruptura de las uniones desmosomales en la epidermis, lo que conduce a un fenómeno de acantólisis. Las células acantolíticas así formadas constituyen un marcador citológico característico de esta afección.
Las manifestaciones clínicas del pénfigo foliáceo se caracterizan inicialmente por la aparición de pústulas superficiales que evolucionan típicamente hacia la formación de costras, collares epidérmicos y áreas de erosión. También se pueden observar alopecia e hiperqueratosis en el cuadro clínico. Las regiones anatómicas preferentemente afectadas incluyen la cabeza, la cara y las orejas, con posibilidad de despigmentación nasal.
Enfoque diagnóstico
El diagnóstico del pénfigo foliáceo se basa en un enfoque metódico que combina varios elementos complementarios. La anamnesis detallada y el examen clínico constituyen los primeros pasos esenciales de este proceso. La observación de pústulas intactas representa un elemento semiológico particularmente relevante para orientar el diagnóstico.
El examen citopatológico de las pústulas revela generalmente la presencia de células acantolíticas, neutrófilos y, a veces, eosinófilos. Sin embargo, la confirmación definitiva del diagnóstico requiere un análisis histopatológico de biopsias cutáneas. Las características histológicas típicas incluyen pústulas subcórneas, células acantolíticas y un infiltrado inflamatorio compuesto principalmente por neutrófilos, a veces acompañados de eosinófilos.
Terapéutica convencional y sus limitaciones
El tratamiento de referencia del pénfigo foliáceo se basa tradicionalmente en la administración de prednisolona. Esta molécula ejerce una acción inmunosupresora potente, destinada a controlar la producción de autoanticuerpos y a reducir la inflamación cutánea.
Sin embargo, la eficacia de esta terapia convencional presenta una variabilidad considerable según los individuos. Zhou y colaboradores (2021) reportaron un tiempo promedio de remisión de 56 días con corticosteroides. Más problemático aún, el uso prolongado de corticosteroides se acompaña frecuentemente de efectos adversos significativos, incluyendo diabetes, amiotrofia, debilidad muscular y calcinosis cutánea.
El oclacitinib: mecanismo de acción y aplicaciones terapéuticas
El oclacitinib se distingue como un inhibidor de la Janus quinasa (JAK) inicialmente desarrollado para el tratamiento de enfermedades alérgicas caninas, en particular la dermatitis atópica.
Esta molécula presenta varias ventajas farmacológicas interesantes, incluyendo una acción rápida, una eficacia clínica demostrada en dermatosis alérgicas y un perfil de seguridad favorable incluso con el uso prolongado. Estas características han llevado a explorar su potencial terapéutico en otros contextos dermatológicos, incluyendo las enfermedades autoinmunes cutáneas.
En humanos, los inhibidores de JAK han mostrado resultados prometedores en el tratamiento de diversas patologías autoinmunes. Esta observación es particularmente relevante en el contexto del pénfigo vulgar humano, donde se ha evidenciado una sobreexpresión de las enzimas JAK3 en las lesiones cutáneas en comparación con la piel sana. Esta correlación podría explicar la eficacia potencial de los inhibidores de JAK en las dermatosis autoinmunes.
En medicina veterinaria, varios casos clínicos han documentado el uso exitoso de oclacitinib, fuera de la etiqueta (off-label), en afecciones autoinmunes cutáneas. Aymeric y Bensignor (2017) informaron la eficacia de esta molécula en un perro pastor alemán con dermatosis ampollosa subepidérmica. Se observó una mejora significativa de los signos clínicos después de un mes de tratamiento, sin efectos adversos notables incluso después de 12 meses de uso.
De manera similar, Carrasco y colaboradores (2021) documentaron la eficacia del oclacitinib, fuera de etiqueta, en un gato con pénfigo foliáceo. Se observó una disminución del prurito y de la gravedad de las lesiones cutáneas desde la primera semana de tratamiento.
Presentación del caso clínico
El presente estudio reporta el caso de un perro Spitz Alemán, macho, de 11 años, presentado en consulta por despigmentación nasal. La anamnesis revelaba un tratamiento previo con ciclosporina oral diaria y prednisolona cada dos días, sin respuesta clínica satisfactoria.
El examen clínico puso de manifiesto una alteración de la arquitectura del espejo nasal, caracterizada por la presencia de costras, una despigmentación y ulceraciones. Los análisis sanguíneos revelaron una trombocitopenia, una leucocitosis, una linfocitosis y una eosinofilia. Los parámetros bioquímicos séricos (alanina transferasa, fosfatasa alcalina, urea, creatinina, triglicéridos, colesterol, proteínas totales y fracciones) se situaban dentro de los intervalos de referencia.
Un examen histopatológico previo había resultado no concluyente. Las pruebas complementarias incluyeron una serología negativa para la leishmaniasis, una prueba 4DX negativa y un examen citopatológico sin anomalías significativas. Se recomendó una interrupción del tratamiento con prednisolona durante 20 días para realizar una nueva biopsia cutánea.
El análisis histopatológico de esta segunda muestra reveló una hiperqueratosis ortoqueratósica asociada a pústulas subcórneas que contenían neutrófilos segmentados y agregados discretos de células acantolíticas. Estas características eran compatibles con el diagnóstico de pénfigo foliáceo. También se observaron focos extensos de necrosis y ulceraciones epidérmicas en algunas secciones.
Enfoque terapéutico con oclacitinib
Considerando la ausencia de respuesta clínica a los tratamientos previos (corticosteroides orales y ciclosporina), se inició una terapia con oclacitinib oral durante 14 días.
Después de este período inicial de tratamiento, se observó una mejora significativa de las lesiones nasales, con cicatrización de las úlceras y normalización progresiva del recuento de plaquetas. Ante esta evolución favorable, la frecuencia de administración se redujo a una toma diaria.
Después de 30 días de tratamiento, se observó una resolución completa de las lesiones nasales, sin persistencia de despigmentación. Se recomendó un seguimiento clínico y biológico regular. Como dato notable, no se reportó ningún efecto adverso durante todo el período de tratamiento.
Discusión y perspectivas
Este caso clínico ilustra la eficacia potencial de oclacitinib en el manejo del pénfigo foliáceo canino refractario a los tratamientos convencionales. Varios aspectos merecen ser destacados y analizados.
El pénfigo foliáceo, como toda enfermedad autoinmune, implica típicamente un tratamiento prolongado, incluso de por vida. En este contexto, los efectos adversos asociados a una corticoterapia a largo plazo constituyen una preocupación importante en el animal. El oclacitinib, caracterizado por una baja incidencia de efectos secundarios incluso con el uso prolongado, podría representar una alternativa terapéutica particularmente interesante.
El mecanismo de acción preciso del oclacitinib en las enfermedades autoinmunes animales aún no ha sido completamente elucidado. Sin embargo, por analogía con los datos de la medicina humana, la inhibición de las enzimas JAK podría interferir con la señalización de citoquinas implicadas en la patogénesis del pénfigo foliáceo.
El caso reportado aquí demuestra una eficacia terapéutica satisfactoria. A diferencia de otros casos descritos en la literatura, una reducción de la frecuencia de administración a una toma diaria resultó suficiente para mantener la remisión clínica. Esta observación sugiere la posibilidad de un tratamiento de mantenimiento a dosis reducida, limitando potencialmente los riesgos de efectos adversos a largo plazo.
La ausencia de efectos secundarios notables en este caso corrobora los datos disponibles en la literatura con respecto a la seguridad de oclacitinib. Esta característica es particularmente ventajosa para el tratamiento de enfermedades crónicas que requieren una terapia prolongada.
Estos resultados prometedores se suman a otras observaciones clínicas similares, en particular el caso de un perro con lupus eritematoso cutáneo tratado con éxito con oclacitinib, inicialmente dos veces al día durante 15 días, luego una vez al día (Lima & Cunha, 2022).
El oclacitinib podría representar una opción terapéutica particularmente interesante en pacientes para los que la corticoterapia está contraindicada, como los perros diabéticos o con hiperadrenocorticismo. Su perfil ahorrador de corticoides también constituye una ventaja notable, como se demostró recientemente (Hernandez-Bures et al., 2023).
Conclusión
La administración oral de oclacitinib resultó eficaz y segura en el tratamiento del pénfigo foliáceo en un perro refractario a la terapia convencional con corticosteroides y ciclosporina. Esta molécula podría constituir una nueva opción terapéutica para esta afección autoinmune.
La resolución completa de las lesiones cutáneas, la ausencia de efectos adversos y la posibilidad de un tratamiento de mantenimiento a dosis reducida representan ventajas significativas en comparación con los enfoques terapéuticos clásicos.
Sin embargo, se necesitan estudios adicionales que involucren un mayor número de pacientes para evaluar la eficacia a largo plazo del oclacitinib en el pénfigo foliáceo canino, determinar las dosis óptimas e identificar posibles factores predictivos de respuesta al tratamiento.
Silva MMC, Bernardini M, Lopes NL. Uso de Oclacitinib en el tratamiento del pénfigo foliáceo en un perro: reporte de caso. Braz J Vet Med. 2025;47:e009024. DOI: 10.29374/2527-2179.bjvm009024.