La alopecia recurrente de los flancos canina

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Las alopecias bilaterales no inflamatorias de los flancos son un motivo de consulta bastante frecuente en perros.


Autor: William Bordeau
Veterinario Dermatólogo,
1 avenue Foch 94700 MAISONS-ALFORT


Pueden ser el resultado de disendocrinias como el hipercorticismo o el hipotiroidismo, pero también de ciertas displasias foliculares como la alopecia recurrente de los flancos canina (ARFC), también conocida como alopecia estacional de los flancos.

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Las displasias foliculares constituyen un grupo heterogéneo de genodermatosis, caracterizadas por una anomalía estructural del folículo piloso, que provoca alopecia. Se distinguen las displasias relacionadas con el color del pelaje (como la displasia folicular de los pelos negros) de las que son independientes. Del mismo modo, se distinguen las displasias foliculares permanentes de las cíclicas. La alopecia recurrente de los flancos canina es una displasia folicular hereditaria, por lo tanto, se trata de una genodermatosis, y es cíclica y no depende del color del pelaje. Dado que se trata de una dermatosis hereditaria, los animales afectados no deben reproducirse.

En la actualidad, apenas se conoce nada de su patogenia. En un momento se especuló con que intervenían hormonas como los esteroides sexuales, las hormonas tiroideas, la prolactina o los corticoides, pero la exploración endocrina de estos animales nunca reveló nada. Sin embargo, se cree que la fotoperíodo podría desempeñar un papel. Así, se piensa que una deficiencia de melatonina sería directa o indirectamente responsable de esta dermatosis.

Esta dermatosis afecta a numerosas razas sin predisposición sexual, racial, y sin que intervengan la castración, o no, del animal. Se ha descrito, en particular, en el Airedale, el Bóxer, los Bulldogs, los Schnauzer, el Caniche o el bouvier des Flandres. Los animales afectados tienen una media de 4 años, pero las primeras lesiones pueden aparecer entre los 8 meses y los 11 años.

Esta dermatosis se manifiesta clásicamente por una hipotricosis o una alopecia bien circunscrita con márgenes irregulares que le dan un aspecto anular, policíclico o en “mapa geográfico”. A menudo se observa hiperpigmentación. Los pelos se desprenden fácilmente en las zonas afectadas y no fuera de ellas. No hay picor ni dolor. Puede presentarse descamación y foliculitis bacteriana en las zonas afectadas. Esta dermatosis se localiza típicamente en los flancos, pero puede extenderse al tórax y a la región dorsolumbar. La afectación suele ser bilateral, pero a veces un lado puede estar más afectado que el otro. Excepcionalmente, la afectación puede ser unilateral. La importancia de las lesiones puede variar a lo largo de los años.

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La ARFC generalmente aparece de noviembre a marzo en el hemisferio norte, y por un período de 3 a 8 meses. En la mayoría de los casos, el pelo vuelve a crecer normalmente, sin embargo, en algunos casos puede tener una textura o color diferente. A veces, el crecimiento es incompleto después de varios episodios, y la alopecia es casi permanente. Esta dermatosis es cíclica, pero de ciclicidad variable. Además, aproximadamente el 20% de los animales solo presenta un episodio. Finalmente, se trata de una dermatosis cuyo nombre es inapropiado, especialmente porque esta dermatosis no siempre es recurrente y porque no siempre se localiza en los flancos.

El diagnóstico diferencial de las alopecias simétricas no pruriginosas que se localizan en los flancos es muy importante. Así, se deben considerar el efluvio anágeno y telógeno, la alopecia de los pelajes diluidos, la displasia de los pelos negros, la alopecia en patrón, la adenitis sebácea, la alopecia X y todas las dermatosis de origen disendocrino. Aunque generalmente no se trata de dermatosis bilaterales, también deben considerarse la dermatofitosis y la demodicosis. El diagnóstico de la ARFC se basa en la anamnesis, los antecedentes, los signos clínicos, la exclusión de otras dermatosis pertenecientes al diagnóstico diferencial y, finalmente, en las biopsias cutáneas. Las lesiones que se pueden observar, lamentablemente, no son patognomónicas. Solo son un elemento a favor de esta dermatosis. El examen histopatológico de las biopsias muestra una atrofia folicular difusa con infundíbulos foliculares dilatados llenos de queratina, también presentes en los folículos secundarios y las glándulas sebáceas, lo que confiere un aspecto evocador llamado “pies de bruja” (Witch’s foot). Las glándulas sebáceas suelen tener un tamaño normal o están moderadamente hipertrofiadas.

El pronóstico de esta dermatosis es bueno, ya que no se trata de una dermatosis que pueda provocar la muerte del animal. El daño es meramente estético. Este varía con la importancia de la extensión de las lesiones, la frecuencia de las recaídas y la duración de cada episodio.

La evolución extremadamente variable de esta dermatosis hace aún más difícil la evaluación de los tratamientos. Así, no hay que olvidar que, aunque no se haga nada, en la mayoría de los casos el pelo vuelve a crecer. Por lo tanto, es difícil decir si una molécula disminuirá la frecuencia de los accesos y su duración, ya que estos pueden ser muy variables, espontáneamente, en duración e importancia. Además, no hay que olvidar que se trata de un problema puramente cosmético. En cualquier caso, la expectativa es una opción que no hay que despreciar, y se evitará el uso de moléculas que puedan deteriorar al animal con el pretexto de controlar esta dermatosis.

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