Las dermatosis del plano nasal canino representan un desafío diagnóstico singular para el veterinario clínico, a pesar de su frecuencia relativa en consulta dermatológica. La diversidad etiológica de estas afecciones, conjugada con la superposición frecuente de los cuadros clínicos, requiere un enfoque metodológico riguroso que nuestra colega Laura Ordeix presentó durante el último congreso ESVD que se celebró en Bilbao, España.
A diferencia del gato en el cual las neoplasias predominan, el perro presenta mayoritariamente procesos inflamatorios localizados en esta estructura anatómica altamente especializada. El objetivo de esta revisión es proponer un enfoque diagnóstico sistematizado, fundamentado en el reconocimiento de patrones lesionales específicos, permitiendo orientar eficazmente el procedimiento clínico y paraclínico.
Particularidades Anatómicas e Histológicas del Plano Nasal
Organización Macroscópica y Subdivisión Topográfica
La comprensión precisa de la arquitectura del plano nasal constituye un prerequisito indispensable para la interpretación clínica. Esta estructura se subdivide en tres entidades topográficas distintas cuya afectación selectiva reviste un valor diagnóstico. La porción dorsal corresponde a la superficie más extensa y más expuesta a las agresiones ambientales. Los orificios nasales se encuentran delimitados por los pliegues alares, mientras que el filtrum central forma un surco vertical que separa la porción superior del labio.
Esta organización anatómica no es anodina desde el punto de vista diagnóstico. Ciertas afecciones presentan una distribución preferencial: las vasculopatías afectan frecuentemente el filtrum debido a su vascularización particular, mientras que la pioderma mucocutánea afecta electivamente los pliegues alares.
Características Histológicas Distintivas
La histología del plano nasal difiere sustancialmente de la de la piel pilosa adyacente. La superficie presenta una arquitectura pavimentosa característica, compuesta por estructuras poligonales separadas por surcos profundos. Esta textura particular, a veces designada por el término anglosajón “cobblestone”, resulta de la organización compleja de las crestas epidérmicas.
La epidermis del plano nasal manifiesta una acantosis marcada, caracterizada por un engrosamiento considerable. El stratum corneum presenta igualmente un grosor notable, con una hiperqueratosis fisiológica que puede ser ortoqueratósica o paraqueratósica. Las crestas papilares profundas confieren a la superficie su relieve característico. La desaparición de esta arquitectura representa un signo patológico mayor, observado en diversas afecciones inflamatorias.
La dermis presenta una particularidad notable: la ausencia completa de estructuras anexiales. Ni glándulas sudoríparas, ni glándulas sebáceas, ni folículos pilosos son identificables en esta región. Cada cresta papilar contiene una unidad neurovascular individualizada, probablemente implicada en las funciones sensoriales, la termorregulación y el mantenimiento de la humedad superficial.
Se observan variaciones histológicas regionales dentro del mismo plano nasal. La epidermis se adelgaza progresivamente a nivel de las narinas y del filtrum. Esta última estructura presenta una particularidad vascular distintiva: su dermis contiene arteriolas de calibre superior, explicando su vulnerabilidad específica a las vasculopatías y arteritis.
Metodología Diagnóstica Estructurada
Identificación Precisa del Patrón Lesional
Esta primera etapa se basa en el análisis semiológico minucioso de las lesiones observadas. El clínico debe caracterizar la naturaleza de la afectación predominante: ¿se trata de una modificación pigmentaria, de una pérdida de sustancia, de una acumulación de material queratinizado o de una proliferación tisular? La distribución topográfica constituye simultáneamente un criterio discriminante. Una lesión estrictamente confinada al filtrum orienta hacia un espectro etiológico distinto del de una afectación difusa de todo el plano nasal.
Jerarquización de las Hipótesis Diferenciales
Para cada patrón identificado, se impone la elaboración de una lista diferencial estructurada. Esta jerarquización integra la prevalencia epidemiológica de las afecciones, las predisposiciones raciales documentadas, la edad de aparición y los datos anamnésicos. Un Pastor Alemán que presente erosiones de los pliegues alares evocará prioritariamente una pioderma mucocutánea, mientras que un Labrador Retriever que manifieste una hiperqueratosis seca orientará hacia una paraqueratosis hereditaria o una hiperqueratosis idiopática.
Protocolo de Investigación Complementaria
La confirmación diagnóstica requiere la implementación secuencial de exámenes complementarios dirigidos. El procedimiento progresa desde las técnicas no invasivas e inmediatamente disponibles hacia las investigaciones más complejas, reservadas a las situaciones donde los primeros enfoques permanecen no concluyentes.
Clasificación Lesional y Diagnósticos Diferenciales
Alteraciones Pigmentarias con Destrucción Arquitectural
Este patrón asocia una modificación cromática del plano nasal con un borrado progresivo de la textura pavimentosa normal. Sobre una trufa inicialmente negra, la despigmentación confiere un aspecto gris azulado liso, mientras que una trufa marrón adquiere una tonalidad rosácea. La evolución natural conduce a la aparición de eritema, luego de erosiones, ulceraciones y finalmente de costras en las formas crónicas.
El lupus eritematoso discoide constituye la etiología más frecuentemente encontrada en esta categoría. Esta dermatosis autoinmune comienza típicamente por una despigmentación de la porción dorsal, extendiéndose progresivamente a los pliegues alares y a la unión cutáneo-mucosa. La leishmaniasis representa un diagnóstico diferencial transversal mayor, particularmente en las regiones mediterráneas y otras zonas endémicas. Las lesiones leishmaniósicas pueden remedar perfectamente el lupus discoide en sus estadios iniciales, con posibilidad de extensión ulterior a la piel periférica pilosa.
Lupus cutáneo nasal
El síndrome uveodermatológico, también designado síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada-like, asocia característicamente manifestaciones oculares con la afectación nasal. La presencia de una uveítis concomitante orienta fuertemente hacia este diagnóstico, aunque la afectación cutánea puede a veces preceder los signos oculares. Las dermatopatías isquémicas, que agrupan diversas vasculopatías, pueden generar un cuadro clínico similar, frecuentemente acompañado de lesiones cutáneas extracraneales, notablemente podales o auriculares.
El lupus eritematoso sistémico, forma generalizada menos frecuente, se acompaña habitualmente de manifestaciones sistémicas polimorfas: poliartritis, glomerulonefritis, anemia hemolítica autoinmune o trombocitopenia. El linfoma T epiteliotrópico cutáneo afecta preferentemente a los animales ancianos y presenta generalmente otras localizaciones cutáneas concomitantes: placas eritematosas, nódulos o dermatitis exfoliativa generalizada.
Modificaciones Pigmentarias sin Alteración Estructural
En este patrón, el color del plano nasal se modifica mientras que la arquitectura pavimentosa permanece íntegramente preservada. La ausencia de inflamación constituye la característica semiológica fundamental.
El vitíligo se manifiesta por una despigmentación macular progresiva, afectando preferentemente ciertas razas: Rottweiler, Doberman y Pastor Belga presentan una susceptibilidad aumentada. Esta afección autoinmune que afecta a los melanocitos involucra típicamente varias uniones cutáneo-mucosas simultáneamente: labios, párpados y almohadillas plantares pueden presentar modificaciones similares.
La despigmentación idiopática, a veces calificada de fisiológica y designada por la expresión inglesa “Snow Nose”, ocurre en razas específicas tales como el Labrador Retriever o el Husky Siberiano. Esta modificación cromática, a menudo reversible estacionalmente, no se acompaña de ningún signo inflamatorio ni de alteración de la textura superficial.
Vitíligo
Dermatitis Erosivas y Ulcerativas
Las pérdidas de sustancia caracterizan este patrón, con implicaciones pronósticas variables según la extensión y la profundidad lesional. La topografía constituye un elemento discriminante mayor, justificando una subdivisión en cuatro subcategorías.
Ulceración Extensiva del Plano Nasal
La afectación completa y difusa del plano nasal traduce generalmente afecciones severas de aparición brusca. Las reacciones medicamentosas graves, notablemente la necrólisis epidérmica tóxica, provocan una destrucción epidérmica masiva. Esta entidad, análoga al síndrome de Stevens-Johnson humano, constituye una urgencia dermatológica asociada a un pronóstico reservado.
Los pénfigos representan un grupo de dermatosis autoinmunes ampollosas. El pénfigo vulgar, forma más severa, afecta las uniones intercelulares epidérmicas profundas, generando ampollas fláccidas que evolucionan rápidamente hacia erosiones extensas. El pénfigo paraneoplásico, entidad descrita más recientemente, se asocia a una neoplasia subyacente, frecuentemente linfoide. El penfigoide ampolloso, que afecta la unión dermoepidérmica, puede igualmente provocar un cuadro similar.
La leishmaniasis, en sus formas severas, genera ulceraciones extensivas susceptibles de remedar estas afecciones autoinmunes. La aspergilosis nasal, aunque primariamente una infección fúngica de las cavidades nasales profundas, puede secundariamente erosionar el plano nasal en los casos crónicos descuidados.
Erosiones Localizadas a los Pliegues Alares
Esta distribución lesional evoca prioritariamente la pioderma mucocutánea, afección particularmente frecuente en el Pastor Alemán. Esta pioderma profunda afecta electivamente las uniones cutáneo-mucosas, siendo los pliegues alares nasales una localización privilegiada. El lupus eritematoso mucocutáneo, variante benigna del lupus discoide descrita inicialmente en el Pastor Alemán y el Collie, presenta una distribución similar.
La leishmaniasis y la aspergilosis nasal figuran igualmente entre los diagnósticos diferenciales de este subpatrón. La extensión progresiva desde las cavidades nasales hacia el plano nasal externo caracteriza la aspergilosis en sus estadios avanzados.
Úlceras y Fisuras de la Porción Rostral
Fisuras lineales profundas que aparecen sobre los bordes de las narinas definen este subpatrón. La arteriopatía alar nasal del Pastor Alemán constituye la etiología específica de esta raza. Esta vasculopatía idiopática genera ulceraciones lineales bilaterales y simétricas de las alas nasales.
La leishmaniasis, vía su tropismo vascular secundario a los depósitos de complejos inmunes, puede producir lesiones morfológicamente similares. Las vasculitis idiopáticas representan un grupo heterogéneo de afecciones cuyo diagnóstico reposa esencialmente sobre la exclusión de las otras etiologías.
Ulceración Circunscrita del Filtrum
Una ulceración única, bien delimitada y localizada estrictamente en el filtrum caracteriza este subpatrón altamente específico. La arteritis dérmica del filtrum nasal, descrita preferentemente en las razas de gran tamaño como el San Bernardo, resulta de una inflamación dirigida de las arteriolas dérmicas de esta región. La vascularización particular del filtrum, caracterizada por la presencia de arteriolas de calibre superior, explica esta susceptibilidad selectiva.
Durante la fase de cicatrización de las vasculitis que afectan el filtrum, se observa frecuentemente una despigmentación focal residual. La leishmaniasis y las vasculitis idiopáticas completan el espectro diferencial de este subpatrón.
Dermatitis Escamo-Costrosas
La acumulación de escamas y costras en la superficie del plano nasal define este patrón, subdividido en dos entidades distintas según las características del material acumulado.
Lesiones Escamo-Costrosas de Origen Pustuloso
Las costras amarillentas friables, fácilmente desprendibles, indican una dermatitis pustulosa subyacente. El pénfigo foliáceo, dermatosis autoinmune más frecuente en medicina veterinaria, afecta las uniones intercelulares epidérmicas superficiales. Las pústulas primarias, frágiles y transitorias, evolucionan rápidamente hacia costras. La extensión simétrica al chanfle y a la cara constituye una característica semiológica evocadora.
El pénfigo eritematoso representa una forma localizada y clínicamente más benigna, considerada por algunos autores como una variante del pénfigo foliáceo. Las lesiones permanecen generalmente confinadas a la cara, con una afectación predominante del plano nasal y del chanfle.
La dermatofitosis, aunque rara en esta localización, merece consideración. Nannizzia persicolor, antiguamente denominado Microsporum persicolor, presenta un tropismo particular por las zonas glabras y puede generar un cuadro clínico que remeda un pénfigo foliáceo, particularmente en presencia de una sobreinfección bacteriana secundaria.
Lesiones Hiperqueratósicas Secas
El engrosamiento marcado de la capa córnea confiere al plano nasal un aspecto seco, rugoso y frecuentemente fisurado. La hiperqueratosis nasal idiopática afecta preferentemente las razas braquicéfalas. Esta afección, de etiología desconocida, se caracteriza por una acumulación excesiva de queratina sin inflamación subyacente identificable.
La hiperqueratosis naso-digital afecta simultáneamente el plano nasal y las almohadillas plantares, ocurriendo típicamente en los animales ancianos. La paraqueratosis nasal hereditaria, afección autosómica recesiva descrita en el Labrador Retriever, comienza precozmente en la vida y evoluciona progresivamente hacia una hiperqueratosis seca marcada.
La dermatosis sensible al zinc reagrupa varias entidades clínicas vinculadas a un déficit en zinc, ya sea alimentario o genético. Las razas nórdicas presentan una susceptibilidad aumentada a las formas genéticas. La dermatitis necrolítica superficial, también designada síndrome hepatocutáneo, se asocia a una hepatopatía severa o, más raramente, a un glucagonoma pancreático. La hiperqueratosis nasal se acompaña de una afectación podal característica y de lesiones de las uniones cutáneo-mucosas.
La leishmaniasis, en ciertas de sus presentaciones clínicas, genera una hiperqueratosis nasal, a veces acompañada de una sobreinfección bacteriana secundaria. La enfermedad de Carré, aunque rara desde la generalización de la vacunación, puede ocasionalmente provocar una hiperqueratosis naso-digital en sus formas crónicas.
Dermatitis Pápulo-Nodulares
La presencia de pápulas o nódulos, únicos o múltiples, en la superficie del plano nasal define este patrón. Los procesos granulomatosos o piogranulomatosos, ya sean infecciosos o estériles, constituyen las etiologías predominantes.
La leishmaniasis produce frecuentemente lesiones nodulares del plano nasal. Estos nódulos presentan a veces un aspecto característico en “cráter volcánico”, con una ulceración central rodeada de un rodete periférico. El síndrome granuloma-piogranuloma estéril representa un grupo de afecciones inflamatorias idiopáticas cuya etiología permanece incomprendida. La ausencia de agentes infecciosos identificables en el examen citológico e histopatológico constituye un criterio diagnóstico fundamental.
Las micosis profundas, notablemente la criptococosis, generan lesiones nodulares del plano nasal. Estas infecciones fúngicas sistémicas afectan preferentemente a los animales inmunodeprimidos. La prototecosis, infección por un alga ubicuitaria, puede igualmente producir nódulos nasales, aunque esta localización permanece excepcional.
La histiocitosis reactiva merece una atención particular. Esta proliferación histiocitaria puede engendrar una hinchazón difusa y característica del plano nasal, designada por la expresión “nariz de payaso”. Esta tumefacción masiva provoca frecuentemente un estridor respiratorio por obstrucción mecánica de las vías aéreas superiores. Las neoplasias, aunque menos frecuentes en el perro que en el gato, completan el espectro diferencial de este patrón.
Estrategia de Investigación Diagnóstica
Exámenes de Primera Intención
La citología constituye el examen inicial ineludible en la investigación de las dermatosis del plano nasal. Esta técnica simple, poco invasiva e inmediatamente realizable en el consultorio proporciona información diagnóstica valiosa. Los calcos por aposición directa o después de escarificación superficial permiten la identificación de infecciones bacterianas, de levaduras, de amastigotes de Leishmania o de células acantolíticas evocadoras de pénfigo.
La calidad de la toma de muestra condiciona la fiabilidad de los resultados. Las costras deben ser delicadamente levantadas, el material subyacente extraído y extendido sobre una lámina. Las pústulas intactas, cuando son observadas, representan estructuras privilegiadas para la toma de muestra. Su contenido, rico en células inflamatorias y bacterias eventuales, ofrece una ventana diagnóstica óptima.
Exploraciones Sanguíneas y Serológicas
Un perfil hematológico y bioquímico completo se impone para evaluar el estado general y buscar manifestaciones sistémicas. La electroforesis de proteínas séricas reviste una importancia particular en el contexto de sospecha de leishmaniasis, acompañándose esta parasitosis frecuentemente de una hipergammaglobulinemia policlonal característica.
El análisis urinario completa la evaluación sistémica, permitiendo notablemente la detección de una proteinuria sugestiva de lupus eritematoso sistémico o de leishmaniasis con afectación renal. La serología de leishmaniasis se impone sistemáticamente en las zonas endémicas, independientemente del patrón lesional observado. La diversidad de las presentaciones clínicas de esta parasitosis justifica este enfoque sistemático.
Investigaciones Microbiológicas
El cultivo bacteriano con antibiograma encuentra su indicación en presencia de una infección bacteriana confirmada citológicamente, particularmente cuando presenta un carácter profundo o recurrente. La pioderma mucocutánea del Pastor Alemán, frecuentemente asociada a gérmenes resistentes, se beneficia particularmente de este enfoque.
La toma de muestra debe efectuarse después de limpieza cuidadosa de la superficie lesional, idealmente a nivel de una pústula intacta o del fondo de una erosión reciente. Los cultivos fúngicos se contemplan ante una sospecha de dermatofitosis o de micosis profunda, aunque estas afecciones permanecen relativamente raras en esta localización.
Diagnósticos Moleculares y Genéticos
El test genético para la paraqueratosis nasal hereditaria del Labrador Retriever constituye un avance diagnóstico significativo. Esta investigación no invasiva, realizada sobre muestra salival o sanguínea, permite confirmar el diagnóstico antes de contemplar una biopsia. Los animales homocigotos para la mutación desarrollan sistemáticamente la enfermedad, mientras que los heterocigotos permanecen clínicamente sanos pero pueden transmitir la afección a su descendencia.
Histopatología Cutánea
La biopsia cutánea representa el examen de referencia para el diagnóstico definitivo de numerosas dermatosis del plano nasal, particularmente las afecciones autoinmunes, las neoplasias y las dermatosis inflamatorias estériles. La técnica de toma de muestra condiciona sustancialmente la calidad diagnóstica.
El sitio de biopsia debe ser seleccionado juiciosamente. Las lesiones recientes y activas ofrecen las modificaciones histopatológicas más características. La toma de muestra debe incluir el margen lesional, integrando simultáneamente la piel afectada y la piel periférica sana. El centro de una úlcera crónica, constituido por tejido necrótico, proporciona generalmente información diagnóstica limitada y debe ser evitado.
La técnica del punch biópsico de 6 u 8 milímetros constituye el enfoque privilegiado. Varias tomas de muestra resultan a menudo necesarias para aumentar la sensibilidad diagnóstica, particularmente en las afecciones autoinmunes donde las modificaciones histopatológicas pueden presentar una distribución focal. La inmunohistoquímica y las técnicas de biología molecular completan el arsenal diagnóstico en las situaciones complejas, notablemente para el diagnóstico diferencial entre procesos inflamatorios y neoplásicos.
Consideraciones Clínicas Prácticas
Enfoque Terapéutico Diagnóstico
La pioderma mucocutánea ilustra el interés de un enfoque terapéutico diagnóstico. Ante un Pastor Alemán que presente erosiones de los pliegues alares, la instauración de una antibioticoterapia constituye un procedimiento razonado antes de contemplar una biopsia. Los antibióticos sistémicos o tópicos, según la severidad lesional, son administrados durante dos semanas.
Una respuesta clínica favorable, incluso parcial, conforta la hipótesis de pioderma mucocutánea y permite diferir la biopsia. Por el contrario, la ausencia total de mejoría después de este plazo justifica la realización rápida de una biopsia para explorar las hipótesis de lupus eritematoso mucocutáneo o de otras dermatosis con mediación inmune.
Gestión de las Afecciones Recurrentes
La pioderma mucocutánea, particularmente en el Pastor Alemán, presenta frecuentemente un carácter recurrente. Esta cronicidad evolutiva refleja habitualmente la existencia de una afección subyacente, constituyendo la dermatitis atópica la etiología predominante. La estimulación antigénica crónica secundaria a la alergia genera una alteración de la barrera cutánea y una desregulación inmunitaria local, favoreciendo las infecciones bacterianas recurrentes.
La gestión a largo plazo requiere imperativamente la identificación y el control de esta dermatitis atópica primaria. El tratamiento sintomático aislado de los episodios infecciosos, sin manejo de la alergia, conduce inevitablemente a recidivas. Una estimulación antigénica prolongada puede teóricamente hacer evolucionar una pioderma mucocutánea hacia una dermatosis con mediación inmune, ilustrando el continuo patogénico entre proceso infeccioso y disimmunidad.
Importancia de la Leishmaniasis
La leishmaniasis merece una consideración particular en el enfoque diagnóstico de las dermatosis del plano nasal canino. Esta parasitosis vectorial, transmitida por flebotomos, presenta una distribución geográfica mediterránea predominante, con extensión progresiva hacia territorios septentrionales previamente indemnes.
El polimorfismo clínico notable de esta afección justifica su posición transversal en los diagnósticos diferenciales. La leishmaniasis puede remedar prácticamente todos los patrones lesionales descritos: despigmentación con destrucción arquitectural evocando un lupus discoide, ulceraciones extensivas simulando un pénfigo, hiperqueratosis seca remediando una dermatosis sensible al zinc, o nódulos sugiriendo un proceso neoplásico.
Esta versatilidad semiológica impone la realización sistemática de una serología de leishmaniasis en las zonas endémicas, independientemente del cuadro clínico observado. La detección de amastigotes en el examen citológico, aunque altamente específica, presenta una sensibilidad limitada. La ausencia de identificación parasitaria directa no excluye en absoluto el diagnóstico.
Perspectivas y Desafíos Diagnósticos
El enfoque por reconocimiento de patrones lesionales transforma una problemática diagnóstica compleja en un procedimiento estructurado y reproducible. Esta metodología permite racionalizar las hipótesis diferenciales y optimizar la utilización de los recursos diagnósticos.
La evolución constante de los conocimientos en dermatología veterinaria enriquece continuamente nuestra comprensión de estas afecciones. La caracterización genética progresiva de las dermatosis hereditarias, como la paraqueratosis nasal del Labrador Retriever, abre perspectivas diagnósticas no invasivas. El desarrollo de herramientas moleculares para la detección de agentes infecciosos mejora la sensibilidad diagnóstica.
Los progresos en inmunodermatología afinan nuestra comprensión de los mecanismos fisiopatológicos que subyacen las dermatosis autoinmunes. Este mejor conocimiento patogénico orienta el desarrollo de terapéuticas dirigidas, más eficaces y mejor toleradas que los inmunosupresores convencionales.
La modificación de los ecosistemas y el calentamiento climático influencian la distribución geográfica de vectores patógenos como los flebotomos. Esta expansión territorial de la leishmaniasis hacia regiones históricamente indemnes requiere una vigilancia acrecentada y una adaptación de los protocolos diagnósticos. El clínico debe ahora contemplar esta parasitosis en contextos geográficos donde era previamente excepcional.
Síntesis
Las dermatosis del plano nasal canino constituyen un conjunto heterogéneo de afecciones cuyo enfoque diagnóstico se beneficia de una metodología estructurada. El reconocimiento de cinco patrones lesionales principales permite racionalizar el procedimiento clínico y jerarquizar las hipótesis diferenciales. La comprensión precisa de la anatomía y de la histología específicas de esta región anatómica ilumina la interpretación semiológica y explica ciertas susceptibilidades lesionales selectivas.
La citología constituye el examen de primera intención, proporcionando rápidamente información diagnóstica valiosa. La histopatología permanece como la investigación de referencia para el diagnóstico definitivo de numerosas afecciones, particularmente las dermatosis autoinmunes y neoplásicas. La leishmaniasis, debido a su polimorfismo clínico notable, debe ser sistemáticamente considerada en las zonas endémicas.
El enfoque terapéutico diagnóstico encuentra su lugar en ciertas situaciones clínicas específicas, notablemente la pioderma mucocutánea. El reconocimiento de afecciones subyacentes, como la dermatitis atópica favoreciendo las infecciones recurrentes, condiciona el éxito del manejo a largo plazo. La evolución de los conocimientos y el desarrollo de nuevas herramientas diagnósticas enriquecen continuamente nuestro arsenal terapéutico y mejoran el pronóstico de estas afecciones.



